¿Cómo se ejecuta el control de calidad en la industria textil?

El control de calidad en la industria textil es muy exigente. En Textil Balsareny nos regimos por una serie de principios de control de calidad que nos han permitido convertirnos en una fábrica y un distribuidor de telas Vichy reconocido en todo el continente. Así, la prevención llevada a cabo durante la fabricación de telas en Textil Balsareny asegura la excelencia en los procesos.

En general, toda prenda debe someterse a unos tratamientos previos, expuestos a continuación, y que redundan en el buen acabado de un producto. Realizar un exhaustivo control de calidad en la industria textil es imprescindible para poder ofrecer unas telas de primera.

Este proceso se enfoca especialmente en la eliminación de vellosidad en los hilos del tejido, lo que comúnmente se conoce como «bolitas». Por tal motivo, la superficie del tejido se somete a un quemado previo mediante el uso de una llama abierta. Se pueden emplear quemadores de gas, especialmente en telas con fibras celulósicas. Asimismo, esta tarea se realiza antes o después del lavado, en función del tejido en sí.

En el proceso de estiramiento obligado de la tela, esta tiende a la cristalización, especialmente al enfriarse. A partir del termofijado o aportación de calor, se libera a la fibra de tal tensión. Esto suele suceder con las prendas sintéticas, hechas de poliéster o elastómeros. En tejidos crudos, dicha acción se desarrolla en la rama, la cual origina una variación en la cristalización.

Los sustratos textiles contienen impurezas que pueden no ser correctamente eliminadas, lo que provoca manchas o desigualdades en los colores. Además, con el descrudado, se quitan también las posibles grasas. El proceso se lleva a cabo mediante agua blanda con soda cáustica. También se puede optar por el descrudado enzimático. En cualquier caso, se elimina la goma de seda de la fibroína.

Mediante la eliminación de las impurezas del sustrato, se obtiene un grado de blanco puro, símbolo de excelencia. Así, se homogeneizan igualmente las variaciones en el tono. Como agentes blanqueadores principales, se usan el sodio y el hidrógeno. Además, se tiende a usar el peróxido de hidrógeno, debido a que resulta más respetuoso con el medioambiente.

Este tratamiento se realiza exclusivamente sobre tejidos de calada, con el fin de eliminar la goma que rodea a la urdimbre. Dicha acción se debe a los siguientes motivos: eliminar impurezas, conseguir una buena humectación e igualar la trama con la urdimbre. Para tal tarea, se emplean enzimas amilasas, que producen una degradación en el almidón.

Con este tratamiento, se mejora la humectabilidad y el brillo de la tela, asegurando el recubrimiento de aquellas fibras todavía inmaduras. También mejora la estabilidad y la eficiencia del teñido. Se realiza mediante el uso de soda cáustica, lo que determina la contracción de las fibras. Asimismo, el tratamiento se hace bajo presión.

En la hilatura de lana, las materias celulosas se eliminan prácticamente todas por la peinadora. Pero, en el caso de la lana cardada, se origina una gran cantidad de materias extrañas, por lo que se requiere un tratamiento concreto con ácido sulfúrico. El carbonizado se emplea igualmente en fibras brutas compuestas de residuos. Así, se elimina cualquier tipo de residuo vegetal.

En realidad, se trata de otro tratamiento diferente para evitar la formación de bolitas por agrupación de fibras. Conforma una hidrólisis controlada en la celulosa, de modo que separa la molécula de otros fragmentos más pequeños, los cuales pueden reducirse incluso más. Con el fin de acelerar el proceso, se suele optimizar el pH con antelación. Y, después de la hidrólisis, se precisa un período de incubación.

Es esta una de las tareas más comunes de los procesos realizados en húmedo. Se lleva a cabo con el fin de quitar del tejido las materias insolubles. Se divide en diferentes tareas: formación de baño detergente, alcance de la temperatura, separación de impurezas, eliminación del agua y secado. Como detergentes se suelen escoger los tensoactivos. Se suele emplear igualmente agua blanda y productos químicos.

Se usa especialmente para proporcionar sedosidad a tejidos de poliéster, lo que origina un efecto brillante. Para ello, se utilizan máquinas de teñido de plegadores. Se realiza después del termofijado y el descrude, a una temperatura de entre 90 y 95 grados. Tras el proceso, la tela se lava y neutraliza.

Con este proceso, se elimina el agua dispersa en las fibras. Con él, se pretende reducir el excesivo consumo de energía. Se compone, a su vez, de diferentes tareas: exprimido (dispersación del agua), centrifugado (eliminación del agua), presión de vapor (eliminación óptima del agua) y vacío (para tejidos muy húmedos). Se realiza siempre antes que el secado final, o entre el lavado y el teñido.

Constituye la eliminación completa de agua proveniente del lavado. Se realiza mediante aire caliente. En primer lugar, se produce una convección calórica y un contacto con superficies metálicas calientes. A continuación, se irradia infrarrojos, microondas y ondas de alta frecuencia. Y se termina con la combustión. En los tejidos en piezas, se usan diferentes tipos de secadoras.

El control de calidad en una fábrica de confección textil es el eslabón esencial para garantizar que los productos que se elaborarán a partir de esta tela puedan ser excelentes en cuanto al tejido.

En Textil Balsareny somos especialistas en la fabricación de telas Vichy de primerísima calidad. Somos proveedores de telas de un sinfín de empresas dedicadas a la confección de uniformes para la hostelería, a la moda y a la elaboración de prendas infantiles.

Si está interesado en conocer nuestra oferta de productos, no dude en contactar con nosotros. Llámenos al 938 396 106 o escríbanos a textil@textilbalsareny.com. Será un placer atenderle.